DURANTON PRADENA (Cueva de los Enebrales) y PEDRAZA
24-3-16
Pasamos una buena noche,
aunque con frio de nuevo toda la noche con la calefacción encendida, pues la
temperatura ha bajado hasta los -2º, y cuando nos levantamos 8,30 horas el
termómetro marca 0º, aunque hace sol y parece que va hacer un buen día.
Durante el desayuno, vamos planeando los lugares que vamos a visitar hoy,
ayer fue un día en el que aunque el recorrido fue corto (unos 70 km), si que
visitamos 6 pueblos, y donde más tiempo nos llevaron las visitas fueron en
Riaza y Sepúlveda.
Decidimos en primer lugar
acercarnos al pueblo de Duratón, que dista unos 5 km., de
Sepúlveda. El pequeño pueblo de Duratón, debió ser
otra cosa muy diferente en la antigüedad ya que se ha encontrado restos
arqueológicos de una importante ciudad romana y numerosas tumbas y ajuar de
época visigoda.
También en los siglos románicos debió ser
importante ya que puede presumir de tener una de las más bellas iglesias
románicas rurales de la provincia de Segovia y de toda Castilla.
A las afueras del pueblo y en un camino
que sale a la derecha de la carretera unos metros antes de llegar a Duratón,
nos encontramos con el templo dedicado a Nuestra Señora de la Asunción que tiene
todos los elementos para ser atrayente, después de haber sufrido una buena restauración.
Además de la belleza de su cabecera, articulada
mediante contrafuertes con ventanales ricamente decorados, y de su buena
portada, destaca lo armonioso de su galería porticada
El pórtico tiene columnas geminadas que
reciben los arcos de medio punto. Los capiteles llevan tallas de la mejor
calidad sobre La Natividad y animales fabulosos. También es muy interesante la
puerta de acceso a la galería con arco poli lobulado. El interior del ábside
tiene una rica estructura columnaria llena de gracia y armonía.
Tras la visita a esta preciosa ermita, que se
encuentra rodeada de campos y arbolado, en un tranquilo lugar en el que el
silencio sólo roto por el canto de los pájaros emitiendo una paz y tranquilidad
que en pocos lugares se puede encontrar. Lástima que se encuentre cerrada y no
podamos acceder al interior, pero la belleza exterior y los capiteles son
dignos de descubrir los detalles que en ellos se tallan.
Finalizamos la visita y nos dirigimos al pueblo de Prádena
pues queremos visitar la “ Cueva de los Enebralejos ”, se encuentra en el km 145 de la carretera
SG-110, en dirección hacia Segovia, encontramos un camino a la derecha que nos
conduce al aparcamiento del centro de recepción de visitantes.
Desde el aparcamiento se pueden ver dispersas las típicas
sabinas de la zona. Precisamente es de esta especie vegetal, que recibe en la
región la denominación de enebro.
Toda esta zona es
típicamente caliza, se formaron en el Paleozoico. La caliza se formó por
reacción del calcio y del dióxido de carbono que existía en disolución en las
aguas marinas primitivas durante el Mesozoico (Secundaria). En algunas zonas
parte del calcio que configuraba la roca fue sustituido por el magnesio,
originándose las dolomías a partir de las calizas. La diferencia entre calizas
y dolomías queda definida por la proporción de calcio y magnesio que cada una
presenten. Si no contienen magnesio hablamos de calizas; cuando la proporción
de magnesio es muy pequeña, de calizas dolomíticas, si es superior al 50%,
hablamos de dolomías. ( datos tomados de revista científica )
LA CUEVA:
En el año 1.932, mientras
se estaba realizando una prospección de un pozo acuífero se atravesó la bóveda
de una de las galerías, esta cueva es la más importante de las conocidas en la
provincia de Segovia. En 1.995 se abrió al turismo. Tiene una longitud total de
3.670 metros, pero sólo están abiertos al público 700 metros.
En su interior se
han encontrado vestigios de pobladores de la zona que se remontan al año 2000
a.C., pinturas y restos cerámicos. La cueva era utilizada como lugar de
enterramiento y en su interior existen unos pequeños pozos que se creen que
eran utilizados para depositar en su interior los cuerpos y los ajuares
funerarios.
Las formaciones
geológicas que podemos contemplar en su interior son de una gran belleza. Las
estalagmitas y estalactitas tienen unas variedades cromáticas que van desde los
anaranjados, azules y amarillos hasta el negro, ( este color que ve de forma de generalizada en el techo de la cueva,
se supone que es debido al humo de las
antorchas de los pobladores de la cueva en el periodo prehistórico )
Por su interior
discurre el cauce del arroyo San Juan, que por lo general permanece seco salvo
cuando en invierno nieva, y tuvimos la suerte de comprobar que si discurría un
pequeño hilo de agua, ya que las cumbres de la montañas que rodean la zona
están completamente nevadas.
Justo al lado del
aparcamiento hay un poblado que recrea, cómo era la vida de los moradores de la
zona en la prehistoria.
Salimos de la cueva y aproximadamente a 1 km,
de la cueva en el 146, una desviación
que nos lleva a la zona
recreativa de El Bardal, situada en la base de las laderas de la Sierra Calva,
cuya cresta marca el límite entre las provincias de Segovia y Madrid. La ladera, en una amplia extensión, está
poblada por un bosque de acebos mezclado con enebros, robles y sabinas,
conformando el acebal más grande de Europa. Desde el área recreativa, donde
podremos estacionar, parte un camino que nos permitirá recorrer el acebal, en
el que observaremos ejemplares únicos.
El
acebo
generalmente presenta un porte arbustivo, aunque como podemos comprobar, en
ocasiones alcanza el tamaño de un árbol. Es inconfundible debido a sus típicas
hojas gruesas y céreas con bordes espinosos. Igual de característicos son sus
frutos, bayas de una fuerte coloración rojiza.
De vuelta del
acebal y de disfrutar de las vistas del color rojizo que se ve en estas fechas
en la zona, nos dirigimos a la localidad de Pradena, en la localidad, solo
vemos la Iglesia de San Martín, que
después de las que hemos visitado en los últimos días, reconstruida en 1787,
sobre una iglesia vieja que habría sido edificada en el siglo XI a partir de
los restos de una más antigua de origen románico. En el interior se han hallado
cimientos que debieron corresponder a la invasión árabe y que eran sepulcros
excavados en roca caliza en los que se imita la silueta del cuerpo humano.
En esta ocasión
tampoco podemos acceder al interior, pues se encuentran las imágenes de las
procesiones y se encuentra cerrada al público.
Nos dirigimos a PEDRAZA
nuestro nuevo destino, al llegar hay tal cantidad de vehículos que casi
es imposible estacionar, tenemos suerte y encontramos un hueco entre unos
árboles y junto a la entrada de La Casa
del Águila Imperial, que visitaremos más tarde, como es hora de comer
preparamos las viandas y damos cuenta de ellas, y aunque hace un día de mucho
sol y algo de calor, como estamos bajo sombra estamos muy bien.
Reposamos la
comida y nos dirigimos al alto donde se encuentra la villa, lo primero es
visitar la Oficina de Turismo, para informarnos como generalmente hacemos en
todas las localidades que visitamos, aunque hay algunas que se encuentran
cerradas y no es posible encontrar información.
En esta ocasión,
sí que recogemos información, y con ella, iniciamos la visita, para acceder al
interior se atraviesa la Puerta de la
Villa que es el único
acceso a Pedraza, y por tanto es utilizada como entrada y como salida única del
pueblo.
Sus orígenes se
remontan al siglo XI, y fue reconstruida en el siglo XVI, los portones son de
madera de álamo negro y durante varios siglos eran cerrados durante la noche
impidiendo la entrada o salida de cualquier persona salvo emergencia; en tal
caso era el carcelero el responsable de abrir la puerta y esto era, porque
justo al lado izquierdo de la puerta una vez dentro de la villa, lo que en un
principio fue una torre vigía se encuentra la Cárcel que fue
construida en el s. XIII
En ella vivía el
carcelero y había varias salas anexas donde malvivían los presos. Para los delincuentes comunes, normalmente
ladrones, existían dos celdas hechas de madera de 3x3 metros por las que apenas
entraba la luz y en las que podían estar prisioneros hasta quince personas
durante varios días.
Para los delitos
de sangre se reservaba un destino más cruel, pues los presos eran arrojados
individualmente a una habitación inferior, lo que provocaba de forma frecuente
lesiones o roturas en piernas y tobillos, con lo que se reducía casi a cero la
posibilidad de fuga. El preso fallecía a los pocos días, y como el carcelero
tenía que llamar al verdugo de Segovia y pagarle para que se llevase el
cadáver, al siguiente preso que arrojaba a dicho habitáculo le daban una cesta
y era él mismo el encargado de recogerlo y dárselo al carcelero.
Aparte del castigo
físico que suponía una caída desde varios metros, los criminales sufrían el
tormento de habitar en una estancia especialmente diseñada para que los
excrementos de los presos de los pisos superiores fueran evacuados en ella. Todo
ello producía una lenta agonía en el preso hasta que moría fruto de las heridas
o de infecciones.
( una
pena que según constataremos en las siguientes visitas de los castillos veremos
que era cotidiana y que dio lugar al dicho popular “ hay te pudras “).
Existía otra
habitación para los presos preventivos, en la que de día estaban sueltos pero
que al llegar la noche y por seguridad del carcelero, que vivía allí en la
cárcel, se les echaba en una tabla de madera con los pies sujetos en un cepo y
la cabeza enganchada con un grillete a la pared o los colocaba de pie sobre la
pared y les ponía un grillete sujetándoles la cabeza, según la crueldad del
carcelero, a la altura del preso o a una altura más elevada para que el preso
pasara la noche de puntillas.
En la actualidad
esta restaurada y se utiliza como museo, pudiendo intuir las atrocidades de las
cárceles medievales
Seguimos nuestro
recorrido por las calles empedradas de la villa, que nos llevan hasta el Castillo de Pedraza es una fortaleza construida en el
siglo XIII y que se restauro en el s. XV , con posterioridad en el s. XVI fue
añadido el gran muro defensivo que se puede observar en la actualidad, el muro
exterior dotado de cañoneras, cuenta además con una imponente torre del homenaje,
foso, y está rodeado en la mayoría de su perímetro por un precipicio.
De la amplia historia de esta fortaleza destaca la
presencia de dos hijos del rey Francisco I de Francia, que estuvieron prisioneros, Francisco el delfín que murió
joven y su hermano menor que reinó como Enrique II. Habían sido entregados por
su padre como rehenes al Emperador Carlos I de España.
Para liberarlos, el rey francés debía cumplir los
acuerdos del Tratado de Madrid, de 1526, firmado tras la derrota del ejército
de Francisco I en la batalla de Pavía, donde fue hecho prisionero. Los hijos estuvieron presos en varios
castillos y fortalezas, todas ellas propiedad de la familia Fernández de
Velasco, Duques de Frías y Condestables de Castilla. La documentación sobre
estos hechos se conserva en el Archivo General de Simancas.
En la actualidad es propiedad privada, ya que en 1.926,
el pintor Ignacio Zuloaga adquirió el castillo y lo
restauró severamente, instalando allí un taller. Los herederos del pintor
adaptaron una de las torres para la exposición al público de una parte de la
obra del artista.
Desde la explana del castillo, por la altura donde
está construido tiene unas vistas espectaculares sobre la sierra.
Seguimos nuestro paseo por
las calles que están llenas de gente debido a las fiestas en que nos
encontramos (Semana Santa), y seguimos nuestra visita por la villa, llegamos a la Plaza Mayor, siendo una plaza porticada de estilo
castellano, con pilastras de granito que sujetan las vigas de madera de los
balcones de las viviendas, siendo declarada conjunto histórico artístico,
teniendo una amplitud de considerables dimensiones.
Nuestros pasos, nos llevan a
la Muralla de la villa, donde observamos que se encuentra en restauración, pero
con unas vistas impresionantes
Después del paseo por las
calles empedradas y disfrutar de las vistas a la sierra, de las casas con sus
blasones y algunas de ellas con ventanas imposibles,
de algunos momentos, nos encontramos con una multitud de personas por las calles, como digo por los días de fiesta
de algunos momentos, nos encontramos con una multitud de personas por las calles, como digo por los días de fiesta
Una de las fiestas mas impresionantes que se celebran en Pedraza, se
trata de La noche de las velas,
la localidad se
adornada con miles de velas (primero y
segundo sábados del mes de julio. Se apaga todo el alumbrado público,
se cierran las contra-ventanas para que no salga ninguna luz de las casas, con el fin de
resaltar la iluminación de las calles, ventanas, plazas, jardines y patios,
todos iluminados con las velas, nos han comentado, que es digno de ver en
dichas fechas.
Terminamos la visita y para
finalizar el día nos dirigimos a TUREGANO, donde queremos
pernoctar, pues hay área de servicios de autocaravanas, los 25 km., que nos
separan de la localidad, los recorremos en unos 30 minutos, al llegar lo
primero que divisamos es el impresionante castillo, que se alza en la parte
alta de la villa, nos dirigimos hacia el lugar y al lado mismo hay una gran
explanada donde poder estacionar sin problemas.
El castillo de Turegano tiene raíces celtíberas y
aún conserva las torres del castrum romano sobre
el que se construyó. En el interior del recinto amurallado se levantó un
granero que, posteriormente, se convirtió en la iglesia de San Miguel, de estilo románico, y en el propio castillo. No esat claro cual fue el orden de la
construcción, si el castillo alrededor de la iglesia o la iglesia dentro del
castillo.
A
lo largo de los siglos, la fortaleza ha ido sufriendo modificaciones, a
principios del s. XVIII se construye su espadaña, con el fin de
colocar las campanas que se encontraban en la muralla de la puerta
principal.
Entre
sus paredes se han hospedado personajes tan ilustres como Fernando de Aragón, (
Fernando el Católico), quien permaneció aquí unos días, en
1474, antes de llegar a Segovia para encontrarse con su esposa, Isabel
la Católica. El castillo también llegó a utilizarse como prisión de Estado
y en él estuvieron encerrados algunas figuras históricas como Antonio Pérez, primer ministro de Felipe II, o el
hijo del Duque de Osuna.
En la Iglesia justo al lado del altar mayor, se abre
una puerta en la que se lee “ Mazmorra
“, que da un pequeño receptáculo que se utilizaba como prisión.
Tras la visita al castillo nos dirigimos al área con
la idea de estacionar dejar la AC., para pernoctar y utilizar los servicios de
la misma, pro cual es nuestra desagradable sorpresa, de comprobar el estado de
abandono en que se encuentra, pues no es posible entrar en la plataforma,
debido al estado de la misma, y de los restos de trastos viejos que ocupan parte de la misma, visto su
estado, decidimos ni siquiera estacionar en la dicha zona.
Tras la desagradable sorpresa estacionamos en unos
edificios enfrente del Cuartel de la Guardia Civil, se trata de unas calles
anchas en las que se puede estacionar si problemas, aunque hay varios
estacionamientos n la localidad, pero para ir en compañía, solos donde estamos
es un lugar perfecto.
Dejamos el vehículo estacionado y nos vamos caminando
al centro de la villa, cuando estamos llegando a la Iglesia de Santiago, en la
parte izquierda de la plaza del mismo nombre que la iglesia, nos encontramos
uno de los pilones o caños de Turegano,
de los que hay en la localidad cuatro, siendo el más hermoso, en el que nos
encontramos, en el óvalo central del pilón hace referencia a la construcción,
siendo el año 1781, durante el reinado de Carlos III.