DIA 8.2.18. PALAS DE
REI / MELIDE 15,5 Km. -3º / -4º
He descansado
muy bien, la estufa de pellets se enciende cuando la temperatura baja, por lo
que no he pasado nada de frio, y como todos los días, tras preparar la mochila,
salgo del albergue, y sigo las instrucciones del propietario para dejar cerrada
la puerta.
Me dirijo a un
bar abierto cerca del albergue, para desayunar y mientras llego, noto que al
pisar el suelo cruje, por lo que la noche ha sido muy fría, me dicen que si que
ha llegado a -7º, por lo que no es de
extrañar que este todo blanco y helado.
La etapa de hoy
la he acortado, pues ya pesa todo, la mochila, las rodillas, los pies y la
edad, ya que en los Caminos anteriores, estas etapas las hacía del tirón y como
veo demasiada distancia después de los días que llevo caminando, he decidido
hacerla en dos días, así que hoy sólo hare 15 km.
Salgo de desayunar y continuo por la avenida,
hasta llegar al primer indicador del día que me indica introducirme en una
senda que comienza con una subida no muy pronunciada, y seguida de una bajada,
rodeado de eucaliptos y robles y luego otra subida y otra bajada, y así sigo
toda la etapa subiendo y bajando.
Las sendas,
están embarradas por las lluvias y nieve de las últimas horas, por lo que se
hace difícil caminar, pero poco a poco voy avanzando, cruzo varias aldeas y
como en otros tramos el camino es invadido por riachuelos que hay que salvar
saltando una hilera de losas de piedra impide enfangarse en la balsa de agua.
encuentra la iglesia románica de finales del XII, que exhibe en primer término el ábside, un cartel indica que se puede sellar la Credencial de Peregrino, por lo que hago un alto para sellar. Y el sacristán me explica que la pila bautismal y los confesionarios que se muestran son del siglo XII.
Tras este breve
descanso vuelvo al Camino, en el que los árboles se muestran abrazados a las
rocas y con ramas retorcidas con formas increíbles, mostrando un espectáculo de
la naturaleza pura, con el musgo en los troncos. En este tramo
todavía voy rompiendo el hielo al pisar y salgo a una pista asfaltada un buen
tramo para seguir de nuevo por un camino de tierra, como digo las subidas y
bajadas son continuadas, llego a una aldea llamada Campanilla, la última
población de la provincia de Lugo.
Y entro en la
provincia de A Coruña por la aldea de O Coto aquí de nuevo dejo el asfalto y
bajo a Leboreiro, definido en la antigüedad como Campus Leporarius o
campo de las liebres. Me llama la atención un Cabazo (un canasto gigantesco que, como los hórreos, se utilizaba para
conservar el maíz.)
Para entrar en Melide, cruzo un puente medieval y a
continuación un tedioso tramo junto a la N-547 y el atraviesa el polígono
industrial la Magdalena, ya en la localidad, se dan cita el antiguo hospital de
peregrinos, que
alberga hoy el
Museo da Terra de Melide; el Convento
del Sancti Spiritus y
su iglesia; el edificio del Ayuntamiento del
siglo XVIII y la capilla de San AntonioComo en un bar al lado del albergue de Melide que está totalmente reformado y todas lasestancias son nuevas, al final del día de nuevo estoy solo en el albergue.
Para cenar hoy he comprado una empanada de bacalo y pasas que me encanta
DIA 9.2.18. MELIDE /
ARZUA 15 Km. 4º / 6º
La noche de nuevo ha
sido tranquila, y con muy buena temperatura, así que de nuevo como los días
precedentes, preparo la mochila, y salgo del albergue y voy a desayunar, tengo
de nuevo otros 15 km., por delante.
Tras reponer fuerzas
comienzo la etapa, pasando por las últimas casas de la localidad y el Camino
está flanqueado por bosque de eucaliptus y prados con pasto para los animales,
este camino me lleva a cruzar del río Catasol, muy recordado por mí, ya que son
grandes piedras colocadas en medio del río y que sirve de “puente”.
La etapa como las anteriores, es un rompe-piernas pues
los repechos cada vez más pronunciados, algunas de ellas de más de 2 km., y las
bajadas de miedo, la mayoría de las ocasiones, hago un alto en la cima, y
pienso en como bajar, casi siempre en zigzag, pues las rodillas parecen que se
van a dislocar ya que hacen un ruido como si se salieran del sitio.
El entorno es precioso aunque la lluvia y las nubes
bajas que forma niebla, impide ver con claridad, los prados es una constante en
otra dura e interminable cuesta me llevan de nuevo a la carretera, y a las aldeas
de Figueiroa
y Castañeda. En este lugar se encontraban los hornos de cal
donde los peregrinos depositaban la piedra que traían desde Triacastela.
Sigo por unas pistas, algunas asfaltadas y otras de
tierra con algo de barro y fango, desde aquí una bajada de casi 2 km., me lleva
hasta el río Iso,
que da acceso a Ribadiso da Baixo, donde al otro lado del puente
medieval, se encuentra un antiguo hospital e peregrinos, hoy albergue público,
u lugar ideal en verano, ya que tiene un verde jardín junto al rio, para
refrescarse, pero hoy no está el día para refrescarse en el río.
De nuevo comienza otra subida que me lleva de nuevo a
la carretera N-547, y entro en Arzua, con una lluvia constante atravieso una
larga avenida y me dirijo al albergue de la Xunta, aunque antes de entrar como
en uno de los bares cercanos, han sido 5 horas para hacer una etapa que en
otras circunstancias podía hacer en unas 3 ½ horas, pero como digo llega un
momento que hay que saber hasta puedes llegar y que fuerzas tiene uno para llegar
y llegar bien.
Para poder seguir caminando día a día, he tenido que
dosificar y reponer fuerzas físicas, comiendo frutos secos, algún dulce para evitar las bajadas de glucemia
y cada día uno o dos plátanos para evitar calambres. y con la fuerza de voluntad, se consigue lo que uno se proponga
Cuando entro en el albergue, ya hay gente, en esta
ocasión no estaré solo
DIA 10.2.18. ARZUA /
PEDROUZO (O PINO) 20 Km. 0º / 5º
Otro día que amanece nublado, aunque parece que hoy
hay una tregua con la lluvia y la nieve, el frio ya no es tan intenso como en
días pasados, así que después de desayunar comienzo a caminar y me lo tomo con
calme, ya que el pie parece que esta mejor, las botas están aguantando y las
rodillas, bueno estas no están en su mejor momento, pero puedo seguir caminando
y con cuidado en las bajadas.
Otra etapa más, en esta ocasión no tan dura como en
los días precedentes, aunque de nuevo la lluvia hace acto de presencia, pero no
es muy fuerte, es una lluvia débil y no me pongo el chubasquero, ya que a ratos
y entre los estirados eucaliptus de más de 15 metros de alto, se cuela algún
rayo de sol.
Los eucaliptos
pueblan, cada vez más, este paisaje
gallego y los prados, necesarios para el mantenimiento del ganado, las pistas
por donde discurre el Camino, están alfombradas de hojarasca, lo que hace que
caminar no se haga pesado.
El Camino se abre
entre las pistas plagadas de eucaliptus y la carretera, me he dado cuenta de
que muchos de los mojones que marcan los kilómetros se los han arrancado, por
lo que el peregrino, no sabe los kilómetros que ha caminado y los que quedan
para llegar a Santiago. Por ello me sale escribir lo siguiente, no tiene verso
pero es el sentir de ese momento.
¿ Quien recorre el Camino
Que rompe los km que restan
Para ver al Santo ?
¿ Peregrinos ¿ ¡no! seguro que no
Turistas, puede, vándalos seguro
Km que avisan del Camino
Que resta para Santiago
El albergue, se
encuentra a la entrada de la población por lo que antes entrar voy a comer, hoy
me apetece comer pasta, que hace días que no he comido, me hacen un plato de espagueti muy bueno, y ya con el estómago lleno, me
dirijo al albergue, que en este caso, también hay gente.
Es mi penúltima noche en el Camino, y esto ya está
acabando, me encuentro a tan solo 21 km., de Santiago
DIA 11.2.18. PEDROUZO (O
PINO) / MONTE DEL GOZO 16 Km. 3º / 5º
Hoy la gente ha madrugado, a las 6,30 de la mañana,
por lo que están comentando quieren llegar hoy a Santiago, la verdad que sólo
quedan 21 km., y muchos con los que he compartido albergue comenzaron en Sarria
y quieren terminar hoy.
Como todos los días preparo la mochila y como no,
está lloviendo y no una lluvia fina sino que está cayendo una buena cantidad,
salgo bien preparado y tras el desayuno en un bar, inicio la etapa, otra etapa
típica gallega, en esta ocasión con
muchas subidas y pocas bajada.
Salgo de la población por el polideportivo a una pista de tierra cubierta de hojarasca y
entro en un bosque de eucaliptos, estos bosques son la tónica durante toda la
etapa un tramos de pista asfaltada que va ascendiendo durante más de 1 ½ km. Durante
toda la etapa se suceden cruces que se colocan en sitios de paso.
Ya se oyen los ruidos de los aviones, por lo que me
encuentro cerca del aeropuerto de Santiago (Lavacolla), el Camino va bordando
las pistas del aeropuerto, desde el Camino a la izquierda quedan varias hileras
de balizas, de nuevo por una pista asfaltada un repecho subimos hasta la
Lavacolla y sigo hasta Villamaior , donde la leyenda dice que en el cercano río
Sionlla ,
Aquí siguiendo la pista y en ascenso continuado y con
una lluvia torrencial paso junto al centro de la TV Gallega y seguidamente por
el centro territorial de RTVE, una vez atravieso una urbanización llamada San
Marcos, y siguiendo esta ahora ancha avenida llego al alto, desde donde se
divisa el monumento erigido en el año jacobeo de 1993 (mi primer Camino). Desde esta altura debería ver la catedral y
una vista panorámica de Santiago, pero
como digo debido a la fuerte tormenta que está cayendo no es posible ver
absolutamente nada, solo nubes y agua.
Me desvío a la izquierda para dirigirme al Albergue,
bajo unas escaleras y me encuentro directamente con el acceso de los
peregrinos.
El albergue está muy bien tal como recuerdo de otras
ocasiones y también me encuentro sólo hasta las 20,00 horas en que acceden otros
4 peregrinos para pernoctar.
DIA 12.2.18. MONTE DEL
GOZO / CATEDRAL DE SANTIAGO 5
Km. 3º / 6º
Hoy por ser el último día caminando y como ya he hecho
en las otras ocasiones quiero llegar a primera hora sin aglomeraciones y
disfrutar del momento de llegar de manera muy intima, pero para eso tengo que
llegar a la plaza del Obradoiro.
Salgo del albergue con un ánimo exultante con lluvia
como ya es cotidiano y me voy guiando por las conchas que están en el suelo y
por la acera de piedras que van haciendo el Camino, entro al casco histórico
por la Puerta del Camiño, seguidamente
entro bajo el Arco del Palacio, para acceder a la Plaza del Obradoiro.
Aproximadamente he tardado una hora en hacer este
recorrido, parece que los pies vuelan, al llegar, me ha costado, y he llegado, el
Camino no termina aquí.
La emoción me embarga, después de lo que he pasado,
con mal tiempo tanto como la nieve, el hielo, el frio de más de -7º, las caídas,
las ampollas, los dolores de rodillas, de espalda y de las condiciones físicas
en general de los buenos momentos de los
recuerdos durante algunas de las etapas, desde luego es difícil no emocionarse.
Llegar a Santiago de Compostela como peregrino es una experiencia inigualable, en
esta ocasión otra de las sensaciones que siento es paz, mucha paz, por haber
conseguido cumplir una promesa hecha
hace tiempo, sólo lo sabe el que ha terminado y se encuentra frente a la
catedral en el kilómetro cero del Camino de Santiago.
Después de este momento en el que sin querer te saltan
las lágrimas me dirijo a la catedral desierta en estos momentos, los vigilantes me dicen que no puedo acceder con la mochila, por lo que no está abierta la
consigna, me dicen que la deje al lado de la puerta, donde no se moja y ellos
la cuidaran. Entro en la catedral y el silencio es emocionante, estoy sólo
(como en muchos momentos en el Camino).
Me dirijo al lugar donde se encuentra el busto del
Santo, al que como la costumbre dice, lo abrazo, este abrazo, además de ser de
agradecimiento por poder cumplir la promesa, pero también este abrazo, lo doy
en nombre de los que me han apoyado antes y durante el Camino, también para que
ayude a los que por algún motivo lo necesiten.
En los malos momentos, siempre hay algo en lo que
creer y cuando después de más de 540 kilómetros, y como digo sin estar
plenamente en forma física conseguirlo,
haciendo una media de +/- 27 km., diarios y conseguirlo, hay que creer.
Mientras espero en el centro de Recepción de
Peregrinos, para recoger la Compostela, recuerdo que aunque sólo hayan pasado tres
semanas, quedan la vasta meseta castellana, los montes de León con la Cruz de
Ferro y el mítico O Cebreiro y como no las etapas gallegas con los fuertes
repechos y las bajadas imposibles.
Ahora toca coger el mejor camino que es el que siempre lleva a casa