martes, 20 de febrero de 2018

Del 8 al 12 de febrero de 2018 BURGOS - SANTIAGO DE COMPOSTELA A PIE



DIA 8.2.18. PALAS DE REI / MELIDE      15,5 Km.  -3º / -4º


He descansado muy bien, la estufa de pellets se enciende cuando la temperatura baja, por lo que no he pasado nada de frio, y como todos los días, tras preparar la mochila, salgo del albergue, y sigo las instrucciones del propietario para dejar cerrada la puerta.


Me dirijo a un bar abierto cerca del albergue, para desayunar y mientras llego, noto que al pisar el suelo cruje, por lo que la noche ha sido muy fría, me dicen que si que ha llegado a  -7º, por lo que no es de extrañar que este todo blanco y helado.


La etapa de hoy la he acortado, pues ya pesa todo, la mochila, las rodillas, los pies y la edad, ya que en los Caminos anteriores, estas etapas las hacía del tirón y como veo demasiada distancia después de los días que llevo caminando, he decidido hacerla en dos días, así que hoy sólo hare 15 km.


 Salgo de desayunar y continuo por la avenida, hasta llegar al primer indicador del día que me indica introducirme en una senda que comienza con una subida no muy pronunciada, y seguida de una bajada, rodeado de eucaliptos y robles y luego otra subida y otra bajada, y así sigo toda la etapa subiendo y bajando.


Las sendas, están embarradas por las lluvias y nieve de las últimas horas, por lo que se hace difícil caminar, pero poco a poco voy avanzando, cruzo varias aldeas y como en otros tramos el camino es invadido por riachuelos que hay que salvar saltando una hilera de losas de piedra impide enfangarse en la balsa de agua.
 

Prosigo hasta San Xulián do Camiño,  a la vera del Camino se
encuentra la iglesia románica de finales del XII, que exhibe en primer término el ábside, un cartel indica que se puede sellar la Credencial de Peregrino, por lo que hago un alto para sellar. Y el sacristán me explica que la pila bautismal y los confesionarios que se muestran son del siglo XII.



Tras este breve descanso vuelvo al Camino, en el que los árboles se muestran abrazados a las rocas y con ramas retorcidas con formas increíbles, mostrando un espectáculo de la naturaleza pura, con el musgo en los troncos. En este tramo todavía voy rompiendo el hielo al pisar y salgo a una pista asfaltada un buen tramo para seguir de nuevo por un camino de tierra, como digo las subidas y bajadas son continuadas, llego a una aldea llamada Campanilla, la última población de la provincia de Lugo.


Y entro en la provincia de A Coruña por la aldea de O Coto aquí de nuevo dejo el asfalto y bajo a Leboreiro, definido en la antigüedad como Campus Leporarius o campo de las liebres. Me llama la atención un Cabazo (un canasto gigantesco que, como los hórreos, se utilizaba para conservar el maíz.)


Para entrar en Melide, cruzo un puente medieval y a continuación un tedioso tramo junto a la N-547 y el atraviesa el polígono industrial la Magdalena, ya en la localidad, se dan cita el antiguo hospital de peregrinos, que alberga hoy el
Museo da Terra de Melide; el Convento del Sancti Spiritus y su iglesia; el edificio del Ayuntamiento del siglo XVIII y la capilla de San Antonio



 
Como en un bar al lado del albergue de Melide que está totalmente reformado y todas lasestancias son nuevas, al final del día de nuevo estoy solo en el albergue.

Para cenar hoy he comprado una empanada de bacalo y pasas que me encanta  








DIA 9.2.18. MELIDE / ARZUA     15 Km.  4º / 6º


La noche de nuevo ha sido tranquila, y con muy buena temperatura, así que de nuevo como los días precedentes, preparo la mochila, y salgo del albergue y voy a desayunar, tengo de nuevo otros 15 km., por delante.
Tras reponer fuerzas comienzo la etapa, pasando por las últimas casas de la localidad y el Camino está flanqueado por bosque de eucaliptus y prados con pasto para los animales, este camino me lleva a cruzar del río Catasol, muy recordado por mí, ya que son grandes piedras colocadas en medio del río y que sirve de “puente”.

La etapa como las anteriores, es un rompe-piernas pues los repechos cada vez más pronunciados, algunas de ellas de más de 2 km., y las bajadas de miedo, la mayoría de las ocasiones, hago un alto en la cima, y pienso en como bajar, casi siempre en zigzag, pues las rodillas parecen que se van a dislocar ya que hacen un ruido como si se salieran del sitio.



El entorno es precioso aunque la lluvia y las nubes bajas que forma niebla, impide ver con claridad, los prados es una constante en otra dura e interminable cuesta me llevan de nuevo a la carretera, y a las aldeas de Figueiroa y Castañeda. En este lugar se encontraban los hornos de cal donde los peregrinos depositaban la piedra que traían desde Triacastela.



Sigo por unas pistas, algunas asfaltadas y otras de tierra con algo de barro y fango, desde aquí una bajada de casi 2 km., me lleva hasta el río Iso, que da acceso a Ribadiso da Baixo, donde al otro lado del puente medieval, se encuentra un antiguo hospital e peregrinos, hoy albergue público, u lugar ideal en verano, ya que tiene un verde jardín junto al rio, para refrescarse, pero hoy no está el día para refrescarse en el río.



De nuevo comienza otra subida que me lleva de nuevo a la carretera N-547, y entro en Arzua, con una lluvia constante atravieso una larga avenida y me dirijo al albergue de la Xunta, aunque antes de entrar como en uno de los bares cercanos, han sido 5 horas para hacer una etapa que en otras circunstancias podía hacer en unas 3 ½ horas, pero como digo llega un momento que hay que saber hasta puedes llegar y que fuerzas tiene uno para llegar y llegar bien.


Para poder seguir caminando día a día, he tenido que dosificar y reponer fuerzas físicas, comiendo frutos secos, algún dulce para evitar las bajadas de glucemia y cada día uno o dos plátanos para evitar calambres. y con la fuerza de voluntad, se consigue lo que uno se proponga
 

Cuando entro en el albergue, ya hay gente, en esta ocasión no estaré solo



DIA 10.2.18. ARZUA / PEDROUZO (O PINO)   20 Km.  0º / 5º


Otro día que amanece nublado, aunque parece que hoy hay una tregua con la lluvia y la nieve, el frio ya no es tan intenso como en días pasados, así que después de desayunar comienzo a caminar y me lo tomo con calme, ya que el pie parece que esta mejor, las botas están aguantando y las rodillas, bueno estas no están en su mejor momento, pero puedo seguir caminando y con cuidado en las bajadas.



Otra etapa más, en esta ocasión no tan dura como en los días precedentes, aunque de nuevo la lluvia hace acto de presencia, pero no es muy fuerte, es una lluvia débil y no me pongo el chubasquero, ya que a ratos y entre los estirados eucaliptus de más de 15 metros de alto, se cuela algún rayo de sol.


Los eucaliptos pueblan, cada vez más, este  paisaje gallego y los prados, necesarios para el mantenimiento del ganado, las pistas por donde discurre el Camino, están alfombradas de hojarasca, lo que hace que caminar  no se haga pesado.


El Camino se abre entre las pistas plagadas de eucaliptus y la carretera, me he dado cuenta de que muchos de los mojones que marcan los kilómetros se los han arrancado, por lo que el peregrino, no sabe los kilómetros que ha caminado y los que quedan para llegar a Santiago. Por ello me sale escribir lo siguiente, no tiene verso pero es el sentir de ese momento.
 

¿ Quien recorre el Camino

Que rompe los km que restan

Para ver al Santo ?

¿ Peregrinos ¿ ¡no! seguro que no

Turistas, puede, vándalos seguro

Km que avisan del Camino

Que resta para Santiago



 El albergue, se encuentra a la entrada de la población por lo que antes entrar voy a comer, hoy me apetece comer pasta, que hace días que no he comido, me hacen un plato de espagueti  muy bueno, y ya con el estómago lleno, me dirijo al albergue, que en este caso, también hay gente.



Es mi penúltima noche en el Camino, y esto ya está acabando, me encuentro a tan solo 21 km., de Santiago



DIA 11.2.18. PEDROUZO (O PINO) / MONTE DEL GOZO   16 Km.  3º / 5º


Hoy la gente ha madrugado, a las 6,30 de la mañana, por lo que están comentando quieren llegar hoy a Santiago, la verdad que sólo quedan 21 km., y muchos con los que he compartido albergue comenzaron en Sarria y quieren terminar hoy.


Como todos los días preparo la mochila y como no, está lloviendo y no una lluvia fina sino que está cayendo una buena cantidad, salgo bien preparado y tras el desayuno en un bar, inicio la etapa, otra etapa típica gallega, en esta ocasión  con muchas subidas y pocas bajada.


Salgo de la población por el polideportivo a  una pista de tierra cubierta de hojarasca y entro en un bosque de eucaliptos, estos bosques son la tónica durante toda la etapa un tramos de pista asfaltada que va ascendiendo durante más de 1 ½  km.  Durante toda la etapa se suceden cruces que se colocan en sitios de paso.

 

Ya se oyen los ruidos de los aviones, por lo que me encuentro cerca del aeropuerto de Santiago (Lavacolla), el Camino va bordando las pistas del aeropuerto, desde el Camino a la izquierda quedan varias hileras de balizas, de nuevo por una pista asfaltada un repecho subimos hasta la Lavacolla y sigo hasta Villamaior , donde la leyenda dice que en el cercano río Sionlla ,


conocido como arroyo de Lavacolla, lugar donde los peregrinos se despojaban de sus sucias vestimentas y se lavaban en vistas de su próxima llegada a Santiago quedan 10 km., para Santiago.



Aquí siguiendo la pista y en ascenso continuado y con una lluvia torrencial paso junto al centro de la TV Gallega y seguidamente por el centro territorial de RTVE, una vez atravieso una urbanización llamada San Marcos, y siguiendo esta ahora ancha avenida llego al alto, desde donde se divisa el monumento erigido en el año jacobeo de 1993 (mi primer Camino).  Desde esta altura debería ver la catedral y una vista  panorámica de Santiago, pero como digo debido a la fuerte tormenta que está cayendo no es posible ver absolutamente nada, solo nubes y agua.

 

Me desvío a la izquierda para dirigirme al Albergue, bajo unas escaleras y me encuentro directamente con el acceso de los peregrinos.



El albergue está muy bien tal como recuerdo de otras ocasiones y también me encuentro sólo hasta las 20,00 horas en que acceden otros 4 peregrinos para pernoctar.



DIA 12.2.18. MONTE DEL GOZO / CATEDRAL DE SANTIAGO        5 Km.  3º / 6º


Hoy por ser el último día caminando y como ya he hecho en las otras ocasiones quiero llegar a primera hora sin aglomeraciones y disfrutar del momento de llegar de manera muy intima, pero para eso tengo que llegar a la plaza del Obradoiro.



Salgo del albergue con un ánimo exultante con lluvia como ya es cotidiano y me voy guiando por las conchas que están en el suelo y por la acera de piedras que van haciendo el Camino, entro al casco histórico por la Puerta del Camiño, seguidamente  entro bajo el Arco del Palacio, para acceder a la Plaza del Obradoiro.



Aproximadamente he tardado una hora en hacer este recorrido, parece que los pies vuelan, al llegar, me ha costado, y he llegado, el Camino no termina aquí.



La emoción me embarga, después de lo que he pasado, con mal tiempo tanto como la nieve, el hielo, el frio de más de -7º, las caídas, las ampollas, los dolores de rodillas, de espalda y de las condiciones físicas en general  de los buenos momentos de los recuerdos durante algunas de las etapas, desde luego es difícil no emocionarse. Llegar a Santiago de Compostela como peregrino es una experiencia inigualable, en esta ocasión otra de las sensaciones que siento es paz, mucha paz, por haber conseguido  cumplir una promesa hecha hace tiempo, sólo lo sabe el que ha terminado y se encuentra frente a la catedral en el kilómetro cero del Camino de Santiago.





 


Después de este momento en el que sin querer te saltan las lágrimas me dirijo a la catedral desierta en estos momentos, los vigilantes  me dicen que no puedo acceder con la mochila, por lo que no está abierta la consigna, me dicen que la deje al lado de la puerta, donde no se moja y ellos la cuidaran. Entro en la catedral y el silencio es emocionante, estoy sólo (como en muchos momentos en el Camino).




Me dirijo al lugar donde se encuentra el busto del Santo, al que como la costumbre dice, lo abrazo, este abrazo, además de ser de agradecimiento por poder cumplir la promesa, pero también este abrazo, lo doy en nombre de los que me han apoyado antes y durante el Camino, también para que ayude a los que por algún motivo lo necesiten.



En los malos momentos, siempre hay algo en lo que creer y cuando después de más de 540 kilómetros, y como digo sin estar plenamente en forma física conseguirlo,  haciendo una media de +/- 27 km., diarios y conseguirlo, hay que creer.







Mientras espero en el centro de Recepción de Peregrinos, para recoger la Compostela, recuerdo que aunque sólo hayan pasado tres semanas, quedan la vasta meseta castellana, los montes de León con la Cruz de Ferro y el mítico O Cebreiro y como no las etapas gallegas con los fuertes repechos y las bajadas imposibles.

Ahora toca coger el mejor camino que es el que siempre lleva a casa













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