sábado, 17 de febrero de 2018

Del 22 de Enero al 12 de Febrero de 2018 PORQUE HACER AHORA EL CAMINO DE SANTIAGO A PIE




 PORQUE HACER AHORA EL CAMINO DE SANTIAGO A PIE


La historia de este Camino, comenzó allá por el mes de marzo de 2010, el 11 de febrero de dicho año, nació nuestra nieta Elena, una niña que nació con 24 semanas y con un peso 600 gramos.


Fue un parto difícil tanto para la madre, estuvo en la UVI un periodo bastante largo para poder recuperarse. Y para la niña, que al ser prematura tuvo también muchos problemas para sobrevivir, todos ellos explicados en los manuales de prematuros.


Las llamadas de nuestro hijo, eran continuas para saber el estado tanto de la madre como de la niña, y cuando la madre se recupero, de la evolución del estado de la niña. En un mismo día podían ser variadas, ya que por la mañana, las noticias fueran excelentes y un par de horas después las noticias eran pésimas, los altibajos en el estado de ánimo de aquellos días, hicieron mella tanto en los padres como en el resto de la familia.


En una de esas llamadas en que mi hijo, nos comunicaba que las noticias no eran nada halagüeñas, mientras hablábamos con él, me hice y le hice a mi nieta una promesa, consistente en que si mi nieta Elena se recuperaba y salía adelante, haría el Camino de Santiago en honor al Santo Patrón de España, porque la niña viviera.


Fueron pasando los meses y Elena fue recuperando poco a poco el peso, y la normalidad, así, al tiempo fue dada de alta hospitalaria, aunque tuvo un seguimiento especial durante los 2 primeros años, y posteriormente de forma ambulatoria.


Ahora Elena es una niña normal, que hace una vida normal, y no le ha quedado ninguna secuela de las que los prematuros pudieran tener.


El tiempo (los años), han ido pasando, y con ello posponiendo el cumplimiento de la promesa que en su día hice, los motivos, principalmente por la falta de condiciones físicas para afrontar tan dura prueba, así que en el 2017 me hice el firme propósito de prepararme para llegar al 2018 con salud y condiciones físicas por lo menos aceptables para realizarlo.


El principal problema son las rodillas que tras varias operaciones de menisco en ambas ya las tengo de nuevo “tocadas”, así que me preparé para fortalecer los músculos de ambas piernas, consiguiendo poder caminar sin que me produjera dolor.


El traumatólogo me desaconsejo hacer largas caminatas, aunque yo me encontraba bien caminando entre 6 y 8 km., diarios mientras me estaba preparando, por lo que estaba seguro que podría caminar más tiempo y mas kilómetros durante el Camino.


También por un esfuerzo realizado, se me produce una rotura de un musculo en el hombro derecho, sin que pueda operarse, debido a la edad y al estado del mismo, por lo que tras consultar con el traumatólogo decide que la única forma de evitar el dolor y poder cargar el peso de la mochila, sería infiltrado.


Decidida la fecha de salida el 22 de enero de 2018, acudo a médico para que en espacio de dos semanas me infiltre y pueda realizar mi deseo y desde luego mi promesa.


Así pues el referido 22 de enero, salgo de casa cargado con la mochila y la ilusión de hacer cumplir la promesa que yo mismo me impuse y que creo que ha llegado el momento de cumplir, me trasladan a Valencia para tomar un tren que me llevara a Madrid y desde aquí, tomar otro tren hasta la localidad de Burgos, donde comenzaré este especial Camino.


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